miércoles, 30 de diciembre de 2009

APOTEÓSICO TRIUNFO DE “EL JULI” EN SU REGRESO A CALI

Luego de siete años sin presentarse en el coso caleñoOscar Eduardo Fernández Guillén.
Siete años fue el lapso de tiempo que aguardó la afición taurina de la colombiana ciudad de Cali para volver a disfrutar del arte y la clase de un torero de altura como Julián López “El Juli”. Sin embargo, la prolongada espera tejió las más grandes expectativas desde el mismo momento en que fue anunciado para la feria caleña y su retorno no defraudó al público congregado en el coso de Cañaveralejo el pasado lunes 28 de diciembre
Con casi lleno fue celebrada la segunda corrida de abono de la temporada taurina 2009-2010, en cartel compuesto por los espadas Diego Gonzáles, natural de Cali, y los españoles Julián López “El Juli” y Miguel Ángel Perera; quienes lidiaron toros de Ernesto González Caicedo, bien presentados, nobles, pero descastados en general.
El colombiano Diego González corrió con el lote de menos condiciones de la tarde. Dio apertura al festejo con el toro más pesado del encierro, 548 Kg.; y a pesar de sus pocas participaciones en los ruedos neogranadinos ejecutó una faena impecable y meritoria que lamentablemente malogró con la espada, condenándolo al silencio del respetable. Con el cuarto de la tarde no pudo lucirse. Palmas.
“El Juli”, con su maestría y su poderío frente a los toros, resultó ser lo mejor de la corrida, confirmando una vez más por qué se encuentra entre los primeros y más importantes lugares del escalafón de matadores. Pechó con los astados más potables y aprovechó sus defectos y sus virtudes para hacerlos él mismo y a su modo, según los dictados de su sapiencia y conocimientos adquiridos a lo largo de doce años de profesionalismo descifrando al toro.
Del segundo de la tarde obtuvo una oreja, mientras que la apoteosis vino con el quinto, al cual cuajó una variada y valerosa faena por ambos pitones que no escatimó en recursos para exprimir las mermadas pero vehementes acometidas del astado. La ligazón fue el común denominador de su acompasada muleta. Por ello el triunfo estuvo en sus manos y como resultado se hizo con las dos orejas del segundo de su lote, asegurando además su salida a hombros por la Puerta Señor de los Cristales.
Después de siete temporadas volvía a dejar su huella indeleble en Cañaveralejo.

El extremeño Miguel Ángel Perera, por su parte, no iba a quedarse de brazos cruzados luego de sendas obras hechas por “El Juli”. La quietud que le caracteriza estuvo presente en cada uno de sus templados muletazos, pero nuevamente la escasa calidad en las facultades de sus oponentes limitó su quehacer y su encumbramiento. Asimismo, la espada fue su talón de Aquiles, arrebatándole los apéndices que merecía su plausible labor. Ovacionado en el fin del tercero, cerró el festejo recibiendo algunas palmas.
Así, Julián López “El Juli” suma otro importante triunfo y, de esta manera, hace crecer los deseos de la afición taurina venezolana de disfrutar de su toreo, los cuales podrán ser satisfechos el venidero día martes 16 de febrero, cuando el diestro madrileño, tres veces ganador del Sol de Oro, vuelva a presentarse en la Monumental “Román Eduardo Sandia” de Mérida, alternando junto al alicantino Luís Francisco Esplá y el tovareño Rafael Orellana., en el marco del Carnaval Taurino de América 2010 y la XLI Feria Internacional del Sol.