Un juez aguo la fiesta
Juan Medrano Ch.
Desazón. Las dos corridas, una de Camponuevo, bien presentada, y otra de La Viña Montenegro, terciada, se fueron de vacío en las dos soleadas tardes de la feria de San Miguel, brindadas en honor al patrono del mismo nombre, en esta acogedora ciudad de la sierra cajamarquina.
Los de oro tampoco pasearon trofeos, más por la indiferencia y tosudéz fuera de toda lógica, de un juez que llegó al absurdo de negar los trofeos a un torero que primero se inventó un toro, y luego bordó a otro, cuyo refugio natural fueron las tablas. A más de hacer sonar la música en faenas risibles y negársela a quien en verdad la merecía, en patética y clara actitud de irrespeto al profesional que estaba allí jugándose la vida. El público reprochó y abroncó al usía de marras hasta la ridiculización. Pena iniciar esta crónica por el lado oscuro, pero apretados de indignación, imposible aliviarse.
La corrida de Camponuevo lidiada el miércoles día 30 de setiembre, no dio el juego esperado. Lució trapío, nervio y fuerza, pero malas ideas. El corrido 4º se empleó y pudo ser de triunfo, pero fue pinchado. Cubas se la jugó literalmente ante el 3º. Pegó pases, arrimándose con arte y jugándosela de a verdad, domeñando a un bruto que nunca se entregó. Paquito Céspedes anduvo a su aire. Hizo presagiar un triunfo ante el bonito 4º , ante el que se lució de capote. El toro duró poco en la muleta y no redondeó con la espada. Fue una tarde en que los toros no sirvieron para alegrías y los toreros poco finos a la hora de la verdad.
Distintas las sensaciones vividas el jueves día 1 de octubre. Los viñas del señor Jesús Montenegro se dejaron a excepción del 1º, que fue un manso irreverente, al que Cubas le exprimió hasta la última gota de raza. Al 4º el de Huancayo le hizo faena para el recuerdo. Conocimiento, valor, temple y gusto conjugados en una muleta poderosa de la que brotó el aroma del toreo puro. El juez, allá él, no lo vio, o no lo quiso ver. Paquito también se gustó ante el buen 2º, obsequiando pasajes de toreo de disfrute, pinchando una faena de triunfo cantado. Desencanto lo del mexicano Luis Gallardo, que deambuló por el ruedo a merced de los toros. Anduvo tan insolvente que su subalterno tuvo que despenarle el último de la tarde.
Ficha.Corrida de toros. Miércoles Día 30 de setiembre.
Tarde soleada y lleno de bandera. Seis ejemplares de Camponuevo, de don Rafael Puga Castro, bien presentados, bravos al caballo pero complicados para los de a pie. Sobresalió el corrido 4º, que se fue con las orejas.
Juan Carlos Cubas (azul pavo y oro) División tras aviso, vuelta al ruedo y silencio.
Paco Céspedes (catafalco y oro) silencio tras aviso, silencio tras dos avisos y silencio.
Ficha. Corrida de toros. Jueves Día 1 de octubre.
Tarde de sol y tres cuartos de entrada. Se corrieron seis reses de La Viña, del señor Jesús Montenegro Arráscue, disparejos de presencia y variado juego, que cumplieron en varas. Buenos el 2º y 3º.
Juan Carlos Cubas (canario y azabache) saludos y vuelta al ruedo otorgada por el juez que el matador no realizó, tras fuerte petición de trofeos.
Paco Céspedes (grana y azabache) silencio y silencio tras aviso. Luis Gallardo (azul rey y oro) saludos y bronca tras dos avisos.
Imágenes, Larry Pérez