Oscar Eduardo Fernández Guillén.
Fotos: Leo León
(Mérida-Venezuela) Con un total de tres orejas cerró la doble jornada del domingo 14 de febrero en la andina ciudad de Mérida. La cuarta y quinta tarde de la XLI Feria Internacional del Sol arrojaron el resultado de dos trofeos y uno respectivamente; siendo sus protagonistas el joven diestro español Rubén Pinar y el caballero luso Marcos Tenorio Bastinhas.
La doble tanda dominical inició con la cuarta de feria en la que se lidiaron seis toros de la ganadería venezolana “Santa Fe”, descastados, mansos y complicados en general que menguaron las ilusiones de los alternantes y sumieron al público en horas de aburrimiento; con menos de ¾ de plaza. El mexicano Federico Pizarro destacó con su toreo de capa al más fino estilo azteca. El primero de su lote, el menos complicado de los dos que le correspondieron en suerte, nunca humilló por completo y presentó embestidas inciertas haciendo gestos extraños por el pitón izquierdo. Palmas. Con el cuarto de la tarde derrochó voluntad y agotó todos los recursos ante la ausencia de materia prima necesaria para el triunfo. Palmas. Alexander Guillén dio la cara por los diestros merideños, demostrando tranquilidad y aplomo frente a los difíciles ejemplares que lidió. En el segundo de la tarde pasó sin pena ni gloria recibiendo el silencio de la concurrencia. No obstante, con el quinto de la tarde, mejor del lote, el coraje le hizo lucirse con un excelente saludo de capa, buenas técnicas con la muleta y pensando mejor sus acciones. Estuvo centrado pero la espada fue su punto débil. Saludo desde el tercio.
Rubén Pinar fue el salvador de la tarde al sacar partido al tercero de la corrida que al principio salió abanto pero que con sapiencia lo fue llevando en su muleta hasta instrumentarle una faena que le mereció las únicas dos orejas del día. El sexto y último fue manso de solemnidad, de tardías embestidas y sin nada resaltante por reseñar. Silencio.
Ficha del Festejo:
Domingo 14 de febrero (por la tarde)
Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia Briceño”.
Cuarta de abono.
Seis toros del hierro venezolano “Santa Fe”, descastados, desiguales en presentación, sosos y mansos.
Federico Pizarro: palmas y palmas.
Alexander Guillén: silencio y saludo desde el tercio.
Rubén Pinar: dos orejas y silencio.
Presidente del festejo: Econ. Hernán López Áñez.
Entrada: menos de ¾ de plaza.
Incidencias: Federico Pizarro brindó el 4to toro a su madre por vía telefónica, y una vez finalizada su faena se marchó para acompañarla en su convalecencia de ua grave enfermedad.
Fotos: Leo León
(Mérida-Venezuela) Con un total de tres orejas cerró la doble jornada del domingo 14 de febrero en la andina ciudad de Mérida. La cuarta y quinta tarde de la XLI Feria Internacional del Sol arrojaron el resultado de dos trofeos y uno respectivamente; siendo sus protagonistas el joven diestro español Rubén Pinar y el caballero luso Marcos Tenorio Bastinhas.
La doble tanda dominical inició con la cuarta de feria en la que se lidiaron seis toros de la ganadería venezolana “Santa Fe”, descastados, mansos y complicados en general que menguaron las ilusiones de los alternantes y sumieron al público en horas de aburrimiento; con menos de ¾ de plaza. El mexicano Federico Pizarro destacó con su toreo de capa al más fino estilo azteca. El primero de su lote, el menos complicado de los dos que le correspondieron en suerte, nunca humilló por completo y presentó embestidas inciertas haciendo gestos extraños por el pitón izquierdo. Palmas. Con el cuarto de la tarde derrochó voluntad y agotó todos los recursos ante la ausencia de materia prima necesaria para el triunfo. Palmas. Alexander Guillén dio la cara por los diestros merideños, demostrando tranquilidad y aplomo frente a los difíciles ejemplares que lidió. En el segundo de la tarde pasó sin pena ni gloria recibiendo el silencio de la concurrencia. No obstante, con el quinto de la tarde, mejor del lote, el coraje le hizo lucirse con un excelente saludo de capa, buenas técnicas con la muleta y pensando mejor sus acciones. Estuvo centrado pero la espada fue su punto débil. Saludo desde el tercio.
Rubén Pinar fue el salvador de la tarde al sacar partido al tercero de la corrida que al principio salió abanto pero que con sapiencia lo fue llevando en su muleta hasta instrumentarle una faena que le mereció las únicas dos orejas del día. El sexto y último fue manso de solemnidad, de tardías embestidas y sin nada resaltante por reseñar. Silencio.
Ficha del Festejo:
Domingo 14 de febrero (por la tarde)
Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia Briceño”.
Cuarta de abono.
Seis toros del hierro venezolano “Santa Fe”, descastados, desiguales en presentación, sosos y mansos.
Federico Pizarro: palmas y palmas.
Alexander Guillén: silencio y saludo desde el tercio.
Rubén Pinar: dos orejas y silencio.
Presidente del festejo: Econ. Hernán López Áñez.
Entrada: menos de ¾ de plaza.
Incidencias: Federico Pizarro brindó el 4to toro a su madre por vía telefónica, y una vez finalizada su faena se marchó para acompañarla en su convalecencia de ua grave enfermedad.
Brilló Bastinhas Jr. en la corrida nocturna
La noche del domingo llenó las expectativas generadas por el espectáculo desde el día de su anuncio. La receptividad no se hizo esperar y la corrida nocturna de rejones registró más de ¾ de entrada. La vistosa procesión de la Virgen del Rocío al ritmo de la “Salve Rociera” y acompañada con las luces de miles de farolillos fue la inigualable introducción de una noche espectacular.
Las mejores muestras del toreo a caballo se hicieron sentir en la monumental de Mérida durante las actuaciones de cada uno de los rejoneadores, quienes se enfrentaron ante los toros de “Campo Pequeño” cuyo desempeño fue soso en general; amén de que el talón de Aquiles de los caballeros resultó ser para todos el empleo del rejón definitivo.
La única oreja de la corrida fue otorgada al rejoneador portugués Marcos Tenorio Bastinhas, quien hizo gala de su alta escuela lusa y sacó partido de un complicado astado. Estuvo muy bien en banderillas y su faena fue meritoria, sabiendo torear a caballo.
La atención de la noche fue capturada en su totalidad por los forcados portugueses Amadores Artísticos de Elvas, quienes realizaron 3 pegas formidables en los primero tres toros del festejo. El público les acompañó de principio a fin y fueron los protagonistas de la corrida de rejones en honor a la Virgen del Rocío.
Destacó de manera brillante la atenta actuación del peón de brega Ricardo Raimundo, perteneciente a la cuadrilla de Marcos Tenorio Bastinhas, quien libró a más de uno de un apuro.
Ficha del Festejo:
Domingo 14 de febrero (por la noche)
Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia Briceño”.
Quinta de abono.
Juan Rafael Restrepo: vuelta al ruedo.
Jorge Hernández Gárate: vuelta al ruedo.
Marcos Tenorio Bastinhas: oreja.
Rafa Rodríguez: vuelta al ruedo.
Francisco Javier Rodríguez: palmas.
Presidente del Festejo: Dr. Jorge Bustamante Calderón.
Entrada: más de ¾ de plaza.
Incidencias: Jorge Hernández Gárate y Juan Rafael Restrepo regalaron un toro cada uno, aumentando a siete el número de cornúpetas a lidiar. En sexto lugar lidió Hernández Gárate e hizo vibrar al público con el gesto de solicitar la ejecución del “Alma Llanera” durante el tercio de banderillas. Juan Rafael Restrepo cerró durante los primeros minutos del día lunes 15 de febrero con una buena participación, recreándose de principio a fin, pero el desacierto con el rejón de muerte eliminó cualquier vestigio de triunfo. La seguridad interna de la plaza, bajo la potestad de la empresa taurina, permitió el relajo dentro del callejón y algunos de sus componentes introdujeron licor a dicha dependencia donde está prohibido hacerlo.
La noche del domingo llenó las expectativas generadas por el espectáculo desde el día de su anuncio. La receptividad no se hizo esperar y la corrida nocturna de rejones registró más de ¾ de entrada. La vistosa procesión de la Virgen del Rocío al ritmo de la “Salve Rociera” y acompañada con las luces de miles de farolillos fue la inigualable introducción de una noche espectacular.
Las mejores muestras del toreo a caballo se hicieron sentir en la monumental de Mérida durante las actuaciones de cada uno de los rejoneadores, quienes se enfrentaron ante los toros de “Campo Pequeño” cuyo desempeño fue soso en general; amén de que el talón de Aquiles de los caballeros resultó ser para todos el empleo del rejón definitivo.
La única oreja de la corrida fue otorgada al rejoneador portugués Marcos Tenorio Bastinhas, quien hizo gala de su alta escuela lusa y sacó partido de un complicado astado. Estuvo muy bien en banderillas y su faena fue meritoria, sabiendo torear a caballo.
La atención de la noche fue capturada en su totalidad por los forcados portugueses Amadores Artísticos de Elvas, quienes realizaron 3 pegas formidables en los primero tres toros del festejo. El público les acompañó de principio a fin y fueron los protagonistas de la corrida de rejones en honor a la Virgen del Rocío.
Destacó de manera brillante la atenta actuación del peón de brega Ricardo Raimundo, perteneciente a la cuadrilla de Marcos Tenorio Bastinhas, quien libró a más de uno de un apuro.
Ficha del Festejo:
Domingo 14 de febrero (por la noche)
Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia Briceño”.
Quinta de abono.
Juan Rafael Restrepo: vuelta al ruedo.
Jorge Hernández Gárate: vuelta al ruedo.
Marcos Tenorio Bastinhas: oreja.
Rafa Rodríguez: vuelta al ruedo.
Francisco Javier Rodríguez: palmas.
Presidente del Festejo: Dr. Jorge Bustamante Calderón.
Entrada: más de ¾ de plaza.
Incidencias: Jorge Hernández Gárate y Juan Rafael Restrepo regalaron un toro cada uno, aumentando a siete el número de cornúpetas a lidiar. En sexto lugar lidió Hernández Gárate e hizo vibrar al público con el gesto de solicitar la ejecución del “Alma Llanera” durante el tercio de banderillas. Juan Rafael Restrepo cerró durante los primeros minutos del día lunes 15 de febrero con una buena participación, recreándose de principio a fin, pero el desacierto con el rejón de muerte eliminó cualquier vestigio de triunfo. La seguridad interna de la plaza, bajo la potestad de la empresa taurina, permitió el relajo dentro del callejón y algunos de sus componentes introdujeron licor a dicha dependencia donde está prohibido hacerlo.