"Ya se me hacía que no llegaba pues he pasado por un verdadero calvario, por lo que es un gusto estar de nuevo en casa y ahora esperar la recuperación para retomar mi carrera", dijo ayer al arribar a esta ciudad Arturo Macías.
El reloj marcaba las 15:45 de la tarde cuando el Learjet, propiedad del Ing. Armando Guadiana, hacía su arribo a la plataforma del área privada del aeropuerto internacional Jesús Terán de Aguascalientes, donde luego de un viaje de 7 horas y media arribaba a sutierra el torero Arturo Macías, luego de su amarga experiencia vivida en la plaza El Vizcaíno de Chota, en el Perú, donde sus carnes sintieron el fuego quemante del pitón derecho del toro de El Capiro, segundo de su lote, que impactó a todos en el coso por lo impresionante de la cogida, donde por momentos se pensó lo peor.
Arribaron por separado primeramente el Dr. Enrique González Careaga y posteriormente Carlos Hernández Sánchez, quienes recibieron y en principio examinaron al torero, comentando Hernández Sánchez lo siguiente:
"De momento y sin tener ningún otro estudio se ve bien, parece que ya no ha tenido fiebre, que es algo muy importante, y lo llevamos a la clínica para hacerle los estudios pertinentes y descartar cualquier situación por mínima que sea".
Al cuestionarle sobre la inflamación que presentaba en la pierna herida, el Dr. González Careaga tomó la palabra y respondió:
"Lo vamos a valorar ahorita, con todos los estudios de laboratorio que se necesiten y le haremos un ultrasonido para ver en qué condiciones viene, ya que el viaje fue largo y habrá que hacer de nuevo una exploración para ver si la herida fue bien tratada, claro que no dudamos del buen trabajo de los colegas peruanos, pero no está de más para estar completamente tranquilos".
Por medidas de seguridad se nos impidió el paso a los medios hasta donde el diestro abordaría la ambulancia para ser trasladado a la Clínica Guadalupe, por lo que tuvimos que esperar varios minutos para que en un gran gesto de Arturo detuviera el vehículo y nos atendiera, a quien con un "gracias por todo su apoyo" recibió.
Pálido, ojeroso y con voz débil, dijo que era un gusto el estar de nuevo en casa, aunque se encontraba todo molido y sobre todo preocupado, porque los dolores en su pierna no desaparecen del todo.
Tuvimos la oportunidad de abordar la ambulancia y constatar de que a pesar del largo viaje aéreo desde el aeropuerto de Chiclayo, Perú, al de Tapachula, Chiapas, y por último Aguascalientes, Arturo no perdía la sencillez y educación para contestar los cuestionamientos que se le hicieron y sobre cómo andaba ese ánimo, sonriendo primeramente, contestó:
"Ya se me hacía que no llegaba, puesto que he pasado un calvario muy doloroso, ya que la herida está en un área donde en verdad duelen las cornadas, pero creánme que el sólo sentir estar en mi tierra es como un bálsamo que viene a mitigar un tanto los fuertes dolores que tengo".
¿Qué le deja esta cornada?
"Ha sido muy duro todo esto y por momento se me figuraba que me quedaba allá, pero bendito sea Dios y el cariño de toda la gente que se preocupó por darme ánimos telefónicamente, me ayudó bastante a que la moral no decayera".
¿Reaparecerá el 19 de julio en Xico, Ver.?
"Primero hay que reponerse al cien por ciento de esta cornada, en este momento no puedo asegurar nada en mi corazón, hay una afición por torear que ahora mismo agarraría muleta o capote para enfrentarme al toro, pero físicamente hay que estar al mil por ciento para poder hacerlo, el tiempo lo dirá y según como la pierna vaya respondiendo, porque la cornada fue muy grande y tuvo gravedad en su momento, es la más dolorosa que he sufrido y la reaparición se dará en el tiempo en que esté perfectamente recuperado".
El tiempo apremiaba, lo que hizo que el paramédico Oscar Sánchez comentara en el mejor de los tonos que había que continuar el camino, y antes de terminar la breve conferencia, Arturo quiso hacer un reconocimiento público a quien en ningún momento lo dejó solo ni se separó un instante de su cama.
"Gracias a mi gran amigo Héctor de Granada, quien en verdad se portó como un campeón, no durmió en la mayoría de los días que estuvo velando mi recuperación preocupándose por mí en todo momento, de verdad estoy agradecido por siempre".
Con la mirada cariñosa de su esposa Esther, quien viajó primeramente a Saltillo para de allí volar al Perú, Arturo por momentos le sonreía, puesto que la señora de Macías iba en la parte delantera de la ambulancia que tomó el rumbo a la Clínica Guadalupe, donde ya lo esperaban los amorosos brazos de Lilia, su madre, quien al verlo bajar en la camilla para entrar al área de rayos X no pudo contener las lágrimas y fue a abrazarlo y a besarlo en un emotivo momento, donde sólo pudimos escuchar entre sollozos ,"te quiero mucho, hijo mío".
Ya estaban los doctores González Careaga y Hernández Sánchez listos para iniciar la revisión médica general que les dará a todos la tranquilidad de saber que el joven torero del momento en nuestra fiesta taurina de México llegó en perfectas condiciones, cosa que así deseamos.
El reloj marcaba las 15:45 de la tarde cuando el Learjet, propiedad del Ing. Armando Guadiana, hacía su arribo a la plataforma del área privada del aeropuerto internacional Jesús Terán de Aguascalientes, donde luego de un viaje de 7 horas y media arribaba a sutierra el torero Arturo Macías, luego de su amarga experiencia vivida en la plaza El Vizcaíno de Chota, en el Perú, donde sus carnes sintieron el fuego quemante del pitón derecho del toro de El Capiro, segundo de su lote, que impactó a todos en el coso por lo impresionante de la cogida, donde por momentos se pensó lo peor.
Arribaron por separado primeramente el Dr. Enrique González Careaga y posteriormente Carlos Hernández Sánchez, quienes recibieron y en principio examinaron al torero, comentando Hernández Sánchez lo siguiente:
"De momento y sin tener ningún otro estudio se ve bien, parece que ya no ha tenido fiebre, que es algo muy importante, y lo llevamos a la clínica para hacerle los estudios pertinentes y descartar cualquier situación por mínima que sea".
Al cuestionarle sobre la inflamación que presentaba en la pierna herida, el Dr. González Careaga tomó la palabra y respondió:
"Lo vamos a valorar ahorita, con todos los estudios de laboratorio que se necesiten y le haremos un ultrasonido para ver en qué condiciones viene, ya que el viaje fue largo y habrá que hacer de nuevo una exploración para ver si la herida fue bien tratada, claro que no dudamos del buen trabajo de los colegas peruanos, pero no está de más para estar completamente tranquilos".
Por medidas de seguridad se nos impidió el paso a los medios hasta donde el diestro abordaría la ambulancia para ser trasladado a la Clínica Guadalupe, por lo que tuvimos que esperar varios minutos para que en un gran gesto de Arturo detuviera el vehículo y nos atendiera, a quien con un "gracias por todo su apoyo" recibió.
Pálido, ojeroso y con voz débil, dijo que era un gusto el estar de nuevo en casa, aunque se encontraba todo molido y sobre todo preocupado, porque los dolores en su pierna no desaparecen del todo.
Tuvimos la oportunidad de abordar la ambulancia y constatar de que a pesar del largo viaje aéreo desde el aeropuerto de Chiclayo, Perú, al de Tapachula, Chiapas, y por último Aguascalientes, Arturo no perdía la sencillez y educación para contestar los cuestionamientos que se le hicieron y sobre cómo andaba ese ánimo, sonriendo primeramente, contestó:
"Ya se me hacía que no llegaba, puesto que he pasado un calvario muy doloroso, ya que la herida está en un área donde en verdad duelen las cornadas, pero creánme que el sólo sentir estar en mi tierra es como un bálsamo que viene a mitigar un tanto los fuertes dolores que tengo".
¿Qué le deja esta cornada?
"Ha sido muy duro todo esto y por momento se me figuraba que me quedaba allá, pero bendito sea Dios y el cariño de toda la gente que se preocupó por darme ánimos telefónicamente, me ayudó bastante a que la moral no decayera".
¿Reaparecerá el 19 de julio en Xico, Ver.?
"Primero hay que reponerse al cien por ciento de esta cornada, en este momento no puedo asegurar nada en mi corazón, hay una afición por torear que ahora mismo agarraría muleta o capote para enfrentarme al toro, pero físicamente hay que estar al mil por ciento para poder hacerlo, el tiempo lo dirá y según como la pierna vaya respondiendo, porque la cornada fue muy grande y tuvo gravedad en su momento, es la más dolorosa que he sufrido y la reaparición se dará en el tiempo en que esté perfectamente recuperado".
El tiempo apremiaba, lo que hizo que el paramédico Oscar Sánchez comentara en el mejor de los tonos que había que continuar el camino, y antes de terminar la breve conferencia, Arturo quiso hacer un reconocimiento público a quien en ningún momento lo dejó solo ni se separó un instante de su cama.
"Gracias a mi gran amigo Héctor de Granada, quien en verdad se portó como un campeón, no durmió en la mayoría de los días que estuvo velando mi recuperación preocupándose por mí en todo momento, de verdad estoy agradecido por siempre".
Con la mirada cariñosa de su esposa Esther, quien viajó primeramente a Saltillo para de allí volar al Perú, Arturo por momentos le sonreía, puesto que la señora de Macías iba en la parte delantera de la ambulancia que tomó el rumbo a la Clínica Guadalupe, donde ya lo esperaban los amorosos brazos de Lilia, su madre, quien al verlo bajar en la camilla para entrar al área de rayos X no pudo contener las lágrimas y fue a abrazarlo y a besarlo en un emotivo momento, donde sólo pudimos escuchar entre sollozos ,"te quiero mucho, hijo mío".
Ya estaban los doctores González Careaga y Hernández Sánchez listos para iniciar la revisión médica general que les dará a todos la tranquilidad de saber que el joven torero del momento en nuestra fiesta taurina de México llegó en perfectas condiciones, cosa que así deseamos.
Fuente: Suerte Matador