Tarde histórica para toreo a caballo
RODRIGO COSSER R.
En un marco interesante de público y con sol radiante recibió la alternativa el rejoneador Eduardo Chaman de manos de José Miguel Callejón y actuando como testigo el ecuatoriano Enrique Cobo en una emotiva ceremonia que marca un hito en la tauromaquia nacional por ser el primer rejoneador peruano que recibe la alternativa.
El público recibió cariñosamente a los jinetes bien trajeados que hicieron el paseíllo en la Monumental de Sicaya que lucía limpia y bien cuidada, se notó el esmero en presentar una plaza acorde con la ocasión.
Eduardo Chaman, en el toro de la ceremonia se le ve voluntarioso y logra una faena con mucha exposición, lástima que el de Apóstol Santiago se para y el rejoneador pierde las orejas al fallar con el rejón de muerte. El respetable estuvo siempre cariñoso con él, jaleándolo en todo momento, ofreció un emotivo brindis a su equipo que lo acompaña y a su hijo Eric quien le sigue los pasos.
José Miguel Callejón, hizo gala de su carisma llegando fácilmente al público, en su primero es de rescatar un par de banderillas cortas con mucho riesgo; igual que su hermano, el de Apóstol Santiago, se para y también pierde las orejas al tardar el toro en caer. En su segundo, un colorado de Aucallama con peso, se vió un Callejón exponiendo y arriesgando en un par al violín que hizo poner de pie al respetable, estuvo ligero con el rejón de muerte y corta la primera oreja de la tarde.
Enrique Cobo, vestido a la Federica, debutaba en ruedos peruanos, y no defraudó. En su primero de Apóstol Santiago, también se le van de las manos las orejas por marrar con el rejón de muerte. En su segundo, al que le corta una oreja, se le vio en todo momento porfiando las embestidas del de Aucallama y todo lo hizo el jinete.
El ganado lidiado, tres toros de Apóstol Santiago cuyo denominador común fue que se pararon luego del tercio de banderillas y tres de Aucallama grandes y con peso (que también se pararon pronto), el último de la tarde acusaba algún defecto en la visión. En general el ganado bien presentado con matices en su comportamiento.