El poderío de Ponce, la maestría de Pablo Hermoso
El día de ayer mejoró la tónica
en el cierre de temporada, en donde el público limeño, que llenó los tres
cuartos de entrada, con la presencia del nobel Mario Vargas Llosa en el callejón,
disfrutó la mejor tarde de la feria Nazarena, desde
el día soleado se presagiaba una tarde buena, aunque no se dieron en el corte
de las orejas, sin embargo el público entendido vibró, y paso una entretenida
tarde, con el poderío de Enrique Ponce y
la entrega como dominio de Pablo Hermoso de Mendoza. No brilló en esta
vez Fandiño.
EL ganado fue de Colombia en
su totalidad, de los hierros Vistahermosa, San Esteban de Ovejas y San Sebastián
de las Palmas, bien presentado en términos generales, recargaron al caballo, se
dio algún tumbo, pero sin transmisión e inciertos a la salida en su mayoría.
LA MAESTRIA DE PABLO HERMOSO, ofreció
una faena, a su primero de Vistahermosa a base de temple que hizo vibrar al público
asistente, estando siempre entregado con el público. Colocando las banderillas
por los adentros, dejándolas en buen sitio. Sobresaliendo Pirata en el último tercio,
esperando la muerte de los astados. Estuvo variado colocando banderillas
cortas, lamentablemente se le fue la mano y dejó el rejón de muerte trasero
perdiendo los apéndices, sin embargo cortó una merecida oreja en su segundo, en
donde volvió a ofrecer su dominio ante un astado aquerenciado.
EL PODERÍO DE ENRIQUE PONCE,
vestido de celeste y oro, en su primero no tuvo mucha tela que cortar, sin
embargo dejo los pases de su firma. Aficionados comentaron lo bien que toreó “Ponce
es Ponce”, sin haber cortado las orejas fue fuertemente ovacionado en los
medios por varios minutos, y es lo que hizo el maestro ante un toro con raza,
pero con poca fuerza, lo entendió sacándolo de los terrenos y toreando con una
lentitud y torería, que sonaron los olés limeños roncos y largos, que vibraron
la tarde, lástima que no estuvo fino con el acero, dejò gran sabor a los aficionados.
NO BRILLO IVAN FANDIÑO,
vestido de azul noche y oro, dejó pasar al mejor lote de la tarde, su primero
de salida incierta, caminando sin acudir a los engaños, despertó luego de la
pica, no hay duda del toreo valiente de Fandiño, pero dejó ir a un toro que
aunque brusco tuvo fijeza, no lo entendió ni se acopló. Fue silenciada su labor
tras un aviso. Con su segundo lo recibe en los tercios que fueron jaleadas las
gaoneras, con la muleta no se acopló ante un toro brusco pero tuvo clase, también
lo dejó ir y no lo supo entender, ni torear, estuvo deslucido.