La afición vibró y
disfrutó de una tarde entretenida
El día de ayer
vivimos una tarde entretenida, desde primeras horas se presagiaba una tarde
apoteósica por el cartel anunciado, y éste no defraudó tanto por los toreros
como por el ganado anunciado. Claro está que fue difícil para la empresa manejar
el tema de la sustitución ya que ninguna figura acepta entrar a un cartel por
una sustitución, pero lo supo manejar y por otro lado el gran gesto del diestro
Sebastián Castella venir sin ningún prejuicio, aunque no fue reconocido por la
afición limeña.
El ganadero tenía
una deuda para con la afición limeña, y ésta fue saldada por los resultados. Gran
acierto del ganadero Don Roberto Puga, dejar de lidiar un año y llevar una corrida
bien presentada, caracterizándose por su clase, humillación y buen son al
embestir, siendo ovacionados dos de los cinco toros en el arrastre (segundo,
quinto). El sexto tuvo mucha clase. Aunque alguno de sus pupilos no recibió
castigo en el caballo, por órdenes de los espadas. Sin embargo, permitieron ver
una tarde para el recuerdo, los diestros lo disfrutaron, salieron por la puerta
grande Enrique Ponce y Sebastián Castella mientras nuestro compatriota Alfonso
de Lima fue ovacionado en una vuelta al ruedo. El aficionado lo comentó luego
del festejo estando más que contento con los resultados.
Antes de dar inicio
a la tercera corrida de toros, se develó una placa en reconocimiento al maestro
José María Manzanares (qpd), en los patios de sombre en el tendido 05, con la
presencia de las autoridades y la empresa Citotusa.
Luego del paseíllo
y del cariñoso recibimiento a los matadores, abrió plaza el maestro Enrique Ponce
enfundado en un traje de tabaco y oro, lanceando a la verónica al único de
Santa Rosa, que le hizo algún extraño, por lo que no lo quiso ver ni torear,
por lo que no lo brindó al respetable, con la muleta se alivió y lo despachó,
con una estocada caída yéndose, escuchando algunos pitos de los tendidos. Con
su segundo “Furtivo” de la ganadería “Roberto Puga”, colorado de pelo, herrado
con el número 72, con 482 kilos, lo saluda doblándose con él, rematando con
chicuelinas, una media y revolera que despierta al respetable recibiendo una
fuerte ovación. Brinda al público y al firmamento, Un silencio expectante en
toda la plaza, cuando inicia su faena
con toreros muletazos por bajo sacándolo al tercio, cambia de mano e instrumenta
una serie bien ejecutada gustándose y
escuchando los olés roncos de acho, suena la música el maestro sin prisa entiende
al buen toro de Puga, que humilla, aunque se le acaba el gas y se va quedando
parado, el maestro lo ayuda a respirar, se da su tiempo, y lo torea a media
altura con pases lentos, sin exigirle mucho. Finaliza con sus ya conocidas
poncinas que fueron del agrado del público, pide que cese la música, y deja una
estocada entera en buen sitio, el diestro espera y el toro cae, recibe una fortísima
ovación y le dan dos orejas. El toro es aplaudido en el arrastre.
Sebastián Castella,
con un traje azúl pavo y oro, lo vimos en otra dimensión, entregado y en
torero, mejor que en otras tardes, con vergüenza torera. Con su primero realizó
unos quites con ceñidas chicuelinas, para luego realizar unos pases cambiados
con la muleta desde los medios, que fueron fuertemente jaleados. Inicia una
faena a media altura con pases uno a uno, el toro se aquerencia, el matador
insiste y logra someterlo, finaliza con circulares invertidos que son
ovacionados, deja una estocada entera, el toro demora en caer, coge el
descabello, tras el primer golpe el toro cae y recibe una ovacion que es
premiada con una oreja. Con su segundo un precioso toro en tipo bajo y serio,
castaño mulato y bragado, con 511 kilos, de salida alegre rematando a todo
burladero, luego del corte de las dos orejas del maestro Ponce, Sebastián salió
a no querer irse de vacío, y fue a por todas, es donde destapa el cofre e instrumenta
una importante faena que el público de Lima no lo supo ver ni entender, cambia
de mano y realiza dos tandas muy lentas, largas y templadas por la izquierda, rematadas
con los pases de pecho muy bien ejecutados. Tras el desplante torero, ejecuta
un volapié y deja la estocada hasta los gavilanes en buen sitio, cae el toro y
no se ven los pañuelos, el toro es aplaudido en el arrastre y le dan una oreja,
que es paseada tras los aplausos de la afición.
ALFONSO DE LIMA, de
acero y oro, tuvo una digna presentación, ya que no es fácil alternar con dos
figuras, sin embargo dio todo en el ruedo, bridis al maestro Enrique Ponce, en su primer intenta el buen toreo,
no tuvo suerte y se le fue. Con su segundo a quien lo quiso picar, quitó con
navarras que fueron jaleadas, dejó pasar a un buen toro, esos que muchos lo
quieren, lamentablemente Alfonso no pudo con el buen astado, al que metía la cabeza por ambos pitones y con
mucho recorrido, perdió algún trofeo por el acero que no estuvo fino.
INCIDENCIAS:
· Antes del festejo se develó una placa
en reconocimiento al maestro José María Manzanares en los patios de sombra en
el tendido 5 con la presencia de autoridades y de la empresa CITOTUSA.
·
No estuvo presente la estampa de la
Marinera, que es tradición en nuestra feria limeña tras la muerte del quinto
toro.
·
El subalterno “Peluza”, no cumplió con
el reglamento taurino, poniendo tan solo un par en cada toro que le toco salir (en
la cuadrilla del Matador Sebastián Castella), y no salió con el añadido.
Esperemos que las autoridades tengan mayor cuidado y eviten estas informalidades
en nuestra plaza, ya que se está perdiendo el respeto a nuestra Feria.
·
Fueron ovacionados los banderilleros
Dennis Castillo y José
Francisco Borrero Jiménez banderillero del
matador Sebastian Castella.
·
La empresa de seguridad de la plaza,
SEVEN SEGURITY CONTROL, tuvo una pésima labor para con los aficionados, al
término de la corrida no teniendo un buen trato y obligando de muy mala forma a
salir de la plaza. Se espera pronto un cambio ya incluso la prensa fue
maltratada.