Para el esperado mano a mano
entre López Simón y Joaquín Galdós
Un bonito encierro se lidiará
el próximo domingo en nuestra Plaza de Toros de Acho en la Tercera Corrida de
Abono de la Feria del Señor de los Milagros en sus 250 años de historia. Se espera ver los tendidos poblados para
disfrutar de este atractivo mano a mano entre el diestro Alberto López Simón
quien ocupa el primer puesto en el escalafón español con 68 festejos y a nuestra próxima figura
peruana Joaquín Galdós quien viene haciendo una importantísima campaña en
ruedos europeos.
Presentamos una pequeña reseña
de la ganadería:
La ganadería de Zalduendo es
la tercera ganadería más antigua de España. Oficialmente tomó antigüedad el 14
de julio de 1817, estando por detrás de las de José Vázquez Fernández, antigua
Aleas --con antigüedad del 5 de mayo de 1788-- y la de Juan Pedro Domecq, antes
Veragua --del 2 de agosto de 1790--.
Sin embargo, desde 1772 se
sabe que tiene ganado bravo la familia Zalduendo, de Caparroso, con una punta
de reses que provenía del Marqués de Santacara, a través de la ganadería de
Lecumberri. Esta compra no fue del todo casual. Al parecer la corellana Isabel
de Virto, más tarde esposa de Lecumberri, tenía una gran amistad con Mª Teresa
Pascual, que posteriormente se casaría con Joaquín Zalduendo.
Los orígenes de esta casta
navarra se remontan al siglo XVII cuando Joaquín Antonio de Beamont Escurra y
Mesía, Marqués de Santacara, recogió, separó y seleccionó el ganado navarro
creando una ganadería que vendió en 1.701 a Juan Escudero Valero. En 1715 la
adquiere Martín Virto para su hija Isabel de Virto. A ésta le sucede su hijo
Antonio Lecumberri Virto en el año 1.756. Éste mejoró y seleccionó la ganadería
y está considerado como verdadero creador de la Casta Navarra. Vendió la suya
en cuatro lotes, uno para Joaquín Zalduendo, otro para Felipe Pérez Laborda,
otro para Antonio Lizaso, y el restante para Javier Guendulain.
CARACTERÍSTICAS DEL HIERRO SEGÚN
LUIS FERNANDEZ SALCEDO
La ganadería de Zalduendo se
caracterizaba en sus orígenes por tener toros de “la tierra”, es decir, de
casta navarra y para definirlos bien, se puede recoger lo que Saturnino Napal
Lecumberri dice en su libro “Navarra tierra de toros. Casta navarra”, sacado de
otro de Luis Fernández Salcedo titulado “Trece ganaderos románticos”: “Los
toros navarros eran chicos por su tamaño y grandes por su bravura, con un
temperamento nervioso en extremo capaz de hacer andar de cabeza a toda la
torería, que saltaban limpiamente la barrera, no huyendo, sino persiguiendo a
la gente. Su capa era castaña y colorada, abundando los ojos de perdiz y los
chorreados, cariavacados y melenos, con cuernos cortos, blancos, veletos y algo
alirados. De tipo desigual, es decir, cargados del cuarto delantero y
almendrados de atrás. A veces francamente lamidos. Finos, ágiles, duros de
patas, siendo éstas cortitas y rizosas de pelo”