Alternativa de Hernán Eduardo Tapia
Por Lorena Calderón - Ecuador
Con media entrada se celebró la corrida de la
alternativa del torero ecuatoriano Hernán Eduardo Tapia, en la que el padrino,
el diestro peruano Fernando Roca Rey, resultó el triunfador al indultar un
excelente toro de la ganadería de Santa Rosa. El testigo de la ceremonia, el
rejoneador Arturo de la Fuente, pudo haber tocado pelo pero falló con los
rejones de muerte. Hay que destacar el buen encierro que envió el Dr. José Luis
Bruzzone, ganadero de Santa Rosa, pues el que hizo de cuarto, de nombre
"Perseguidor", mereció el honor del indulto por su nobleza y buen son
en la embestida. El tercero y sexto fueron aplaudidos en el arrastre. El
toricantano,
Hernán Eduardo Tapia, lidió en primer lugar a
"Fulminante", un toro de bonitas hechuras y bravo en el caballo de
Hernán Tapia, el varilarguero padre del nuevo matador, que recibió palmas.
Luego de brindar al público, Hernán Eduardo Tapia, consiguió instrumentar algunos
pases buenos con la derecha, pero el toro se paró pronto, por lo que abrevió la
labor. Mató de pinchazo y estocada y saludó desde el tercio. En su segundo,
toreó bien a la verónica y en un quite por navarras. Lo recibió valientemente
de rodillas, y ya de pie, lo toreó por la derecha, pero el toro se tornó
complicado, sobre todo por el lado izquierdo. Buena tanda de derechazos,
manoletinas de adorno, para dejar media estocada. Desafortunadamente,
demoró con el descabello hasta escuchar dos avisos, sin embargo de lo cual, fue
ovacionado luego de su faena.
El peruano, Fernando Roca Rey, debutante
en esta plaza, cayó de pie llevándose el favor del público que lo aplaudió
desde que se abrió con el capote en buenos lances a la verónica y quites por
chicuelinas. Su faena de muleta la inició con doblones toreros, luego vinieron
los pases con la mano derecha y el remate de pecho. Intentó también naturales
con solvencia y oficio. Se adornó para finiquitar a su enemigo de una estocada
hasta la empuñadura que le valió una oreja. En el cuarto fue la apoteosis, un
excelente toro, al que lo entendió y lo supo ver desde el principio. Se lució
con el capote y galleando por chicuelinas. Comenzó su labor con tandas de mano
baja y temple sobre la mano derecha aprovechando la nobleza y recorrido de la
res. Faena muy larga con pases de todas las marcas. Adornos y naturales de
magnífica factura, el público empezó a pedir el indulto del bravo ejemplar, más
pases por los dos pitones hasta que la autoridad de plaza sacó el pañuelo
naranja. El toro fue al corral y el diestro paseó el triunfo por el ruedo con
las dos orejas y el rabo simbólicos.
El rejoneador, Arturo de la Fuente, se
llevó un buen lote que le sirvió para conectar con el público en el toreo a la
jineta. En su primero, estuvo muy bien con los rejones de castigo y mejor con
las banderillas clavadas en buen sitio. Se adornó con la banderilla corta, la
suerte de la rosa y el abanico. Pinchazo y dos rejones de muerte para la vuelta
al ruedo. Con el último del festejo, Arturo se lució parando al toro con sus
caballos y su buena monta. Clavó banderillas en todo lo alto; se adornó con la
rosa y el abanico, pero falló con el rejón de muerte y perdió un posible
trofeo. Palmas. FOTOS: LORENA CALDERÓN P. RESEÑA: Carmen Toledo
Ridder