DISCUTIBLE INDULTO DE CUBAS EN SICAYA, TERMINÓ DE NOCHE

El buen toreo de Torres Jerez y gran triunfo de Alfonso de Lima

Paseíllo pasadas las cuatro y media de la tarde

El pasado domingo se realizó el tradicional festejo en honor de Santo Domingo de Guzmán, donde se llenaron los tendidos luego del gran ambiente dejado el año pasado, el público asistió a la plaza,  saliendo a oscuras con impresiones encontradas. Exigiendo que se les devuelva su dinero al no cumplir con lo anunciado.

Del ganado anunciado (6 astados de San Pedro), tan solo se lidiaron 05, sin que nadie diera ninguna explicación, empezó el festejo a las 4:40 PM, y terminó pasadas las  7:30 PM.

Juan Carlos Cubas, lo que escribió con la mano borró con el codo, ya que el público lo recibió cariñosamente, pero se fue pifiado de la plaza por un sector que lo insultó indignado.  En su primer astado el más pequeño, que salió con una soga,  lidió sin calar a los tendidos, su cuadrilla no pudo colocar las banderillas dejando dos palos disparejos, no hizo el toreo clásico, por lo que no transcendió su faena, el novillo siempre estuvo con la cara arriba, terminando de rajarse a las tablas,  EL torero huancaíno deja un bajonazo pescuecero. En su segundo de San Pedro, cómodo de cornamenta, recibe un picotazo, Cubas estuvo con más predisposición de llegar a los tendidos, sin embargo no hubo una serie ligada, todos los pases fueron de uno en uno, ya que el astado no tuvo recorrido, el torero pide la música vernacular, finaliza su faena con un desplante, piden el indulto, y el diestro se demora en perfilarse, siendo el astado devuelto a los corrales.

Al diestro hispano Francisco Torres Jerez, se le vio aseado y con buen gusto al torear, reposado y con detalles muy toreros, toreando con lentitud rematando con una media de pintura. Con la muleta lo llevo a media altura al de San Pedro, siempre cuidándolo, pero se le acaba pronto el gas y lo mata con una buena estocada que es premiada con una oreja. No lidió su toro, por lo que se retiró mortificado de la plaza.

El buen momento de Alfonso de Lima que viene cosechado importantes triunfos, se le vio mas toreado y con la cabeza para resolver la papeleta, estuvo bien con sus dos astados, en su último que tuvo más peso y más armado tuvo más recorrido y humilló, Alfonso instrumento una importante faena, dejando una estocada entera, en buen sitio, que fueron premiadas con dos orejas.

Cantidad de gente en el callejon molestando a los profesionales

SUBALTERNOS PIDIENDO Y DANDO LOS TROFEOS...

INCIDENCIAS QUE OCURRIERON:

-          Una pena que se retroceda notoriamente en la calidad del espectáculo, el público salió incomodo porque no se lidiaron los seis toros anunciados, empezó MUY TARDE, no hubo seguridad, ni cuerpo médico.

-          Gran desorden dentro y fuera del ruedo, el callejón se convirtió en una cantina porque circulaba licor y los sujetos del callejón que no tenían nada que hacer,  tan solo por figurar, incomodaron a los de aluces que en más de una ocasión tuvieron serios inconvenientes.

-          No hubieron letreros o carteles anunciando a los matadores, ni el peso, ni la ganadería de los toros.

-          La plaza se encontró sucia, se vendió cervezas en recipientes de vidrio que fueron tirados al ruedo.

-      El paseíllo se dio inicio a las 4 y 45 de la tarde sin la presencia del alguacilillo, que es el representante del Juez de Plaza en el ruedo y es el encargado del corte de orejas. Cabe mencionar que el corte de orejas la realizaron los subalternos del matador de turno, cortando mayor cantidad de orejas que las otorgadas, originando desorden y desconcierto. Y las pedían como si fuera una rifa. 
-     A la salida de cada toro, hubo una demora de más de media hora, porque no se contó con el personal calificado que sepa manejar el ganado de lidia. 
-  El responsable de toda la organización debió de recaer a José Luis Cubas, quien “VENDIO” el  espectáculo, sin embargo hizo caso omiso no importándole los resultados, dejando a la suerte su responsabilidad, las autoridades deberían tomar cartas al asunto y castigar a los directos responsables para evitar este bochornoso espectáculo por el bien de la fiesta.