Citotusa deberá anunciar
cuanto antes los carteles para las ferias del Señor de los Milagros y del
Cuarto de Milenio.
Pablo j. Gómez Debarbie -
ELCOMERCIO
El viernes pasado, el Servicio
de Sanidad Animal del Perú (Senasa), en coordinación con el Ministerio de
Agricultura de España, aprobó el procedimiento para el análisis, evaluación y
control sanitario previo a la importación de toros de lidia españoles para las
próximas ferias: la del Señor de los Milagros, en noviembre, y la del Cuarto de
Milenio de Acho, en enero. La autorización será publicada en El Peruano los
primeros días de esta semana. Con dicha autorización, Citotusa, empresa
ecuatoriana de los hermanos Juan Fernando y Pablo Salazar, que regenta Acho –y
que esperemos ya haya reseñado los toros españoles− no tendrá ningún
inconveniente para confirmar la participación de los toreros, contratarlos y
anunciar cuanto antes los carteles para ambas ferias; no lo hacía hasta ahora,
porque no podía asegurar a los diestros qué ganado lidiarían en Acho. Anuncio,
que por cierto −a mediados de julio−, a solo tres meses de la del Señor de los
Milagros, ya está bastante atrasado. El aficionado limeño está acostumbrado a
que la venta de abonos se inicie desde mayo, para poder separarlos e irlos
pagando en un plazo adecuado. Tendrán que subsanar el atraso en el que han
incurrido con una intensa y continua campaña de promoción –a lo largo de estos
tres meses− para ambas ferias, algo que el año pasado brilló por su ausencia.
El trámite para obtener la autorización de Senasa se ha concluido ocho meses
después de haberse iniciado, lo cual ha sido un éxito, pues se estimaba que
dicho proceso podría haber tardado un año. El problema es que Citotusa, en vez
de tramitar dicha autorización desde julio o agosto del año pasado, recién lo
hizo a partir de diciembre. Lo que tarde empieza, genera inquietud y
sobrecostos. De haberlo hecho desde mediados de 2014, las ferias de noviembre
de 2015 y enero de 2016 en Acho, podrían haberse ya anunciado desde abril o
mayo de este año, para beneficio de los aficionados limeños y de la propia
Citotusa. Análisis y exigencias Senasa considera que aun siendo una improbable
posibilidad, existen en España antecedentes –bastante remotos, por cierto− de
encefalopatía espongiforme bovina (enfermedad de la vaca loca), patología
exótica en el Perú. Por ello, las pruebas y análisis que se hagan a los toros
españoles, serán para descartarla. Además, Senasa exige que las carnes de todos
los toros lidiados se cremen; lo mismo que los sobreros y eventualmente, algún
toro indultado. Ningún toro importado desde España podrá eludir esa cineraria
exigencia, por lo menos, este año. Para ello, los toros tendrán que estar bajo
observación cuarentenaria en las ganaderías de origen unos 25 días previos a la
importación y tendrán que ser introducidos una sola vez a la manga para
efectuar los análisis requeridos. No parece ser un proceso que estrese en
exceso a los toros.