El torero peruano cortó dos orejas de mucho
peso en tarde de figuras.
Hacía Roca Rey su presentación en España como
matador de toros, y lo hacía en el coso de La Ribera, en Logroño. Allí volvió a
dar una sólida imagen de torero cuajado y con una proyección sin límites. Cortó
dos orejas con mucha rotundidad, ya que en ambos toros se le pidió la concesión
de la segunda oreja, no atendida por el presidente del festejo.
Andrés Roca Rey dejó ante su primero una
faena de mucha entrega y disposición frente a un animal que transmitía y al que
había que exponerle. Variedad y recursos del peruano, que puso la plaza boca
abajo ya con el capote. Con la muleta hilvanó series de muletazos hondos y
profundos, intercalados con frescura y torería en los adornos para rematarlas.
Un soberbio espadazo coronó la labor para la que se pidió con muchísima fuerza
el doble trofeo.
Otra cortó del que cerró plaza, al que
embebió en la muleta a base de firmeza y mando. Acortó distancias en el tramo
final de la faena para pegarse un arrimón y poner nuevamente toda la carne
sobre el asador. Nuevamente rubricó su faena de otra colosal estocada,
finiquitando así una tarde importantísima.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros de Logroño. Tres cuartos de
plaza. Toros de Zalduendo, bien presentados y de distinto juego.
Morante de la Puebla: silencio y vuelta al
ruedo tras petición no atendida.
El Juli: silencio en ambos.
Andrés Roca Rey: oreja con fuerte petición de
la segunda y bronca al palco por no concederla y oreja con petición.