miércoles, 4 de diciembre de 2019

CASTELLA DOS OREJAS EN LA CORRIDA GOYESCA, ÚLTIMA DE FERIA


Tarde donde hubo Torero, faltó la  casta y bravura
El día de ayer finalizó la histórica Feria del Señor de los Milagros en un colorido margo y de mucha concurrencia de aficionados de distintos lugares del mundo taurino. Donde llenaron los tendidos para ver un gran cartel anunciado con la novedad de la llamada Corrida Goyesca en homenaje al artista limeño  Pancho Fierro. Quien se encargó de  la decoración del ruedo fue la artista potosina Isabel Garfias, quien plasmó en el ruedo y burladeros su arte del homenajeado. En una tarde soleada  se lidiaron toros de los hierros La Viña y El Olivar, de buena presentación pero faltos de genio y transmisión. Descastados.
La afición salió desilusionada por ver una tarde floja, poco que recordar y comentar, ante un Sebastián Castella que pudo cortar una orea en cada uno de su lote, al primero un manso sin clase de “El Olivar”, no tuvo fijeza saliéndose suelto de los pases, el diestro francés insistió mucho para poderle sacar algunos lances rematados con los de pecho, una oreja. Con su segundo corrido en 5to lugar, número 7, negro con 536 kg, de “El Olivar”, de nombre “Espunoso”, mejor hechuras que sus hermanos, tuvo clase al embestir, por lo que brindó al respetable. Estructura una faena con mucha clase, circulares invertidos que conectan a los tendidos, estando sobre su oponente en todo momento y entregado. Una oreja.
Morante de la Puebla, no tuvo suerte con su lote, fue el peor de la tarde. Con su primero intentó torearlo por bajo, a quien le dio un puyazo largo De La Barra, el de La Viña manso, reservón sin clase ni fijeza, el diestro lo despachó de edia estocada, pitos al toro en el arrastre y silencio al matador.
Con su segundo, inexplicablemente cierto sector se metió contra el matador, el de La Viña, con cara sin humillar, no tuvo clase al embestir, Morante lo despachó, pitos al toro, silencio al matador con algunas pifias.
Andrés Roca Rey, quien volvía de su primera presentación en la feria, no tuvo suerte con su lote, su primero con embestida brusca y pegando tornillazos y tarascadas con violencia, le propinó un golpe en la cara,  lo despachó. Pitos al toro y silencio al matador. Con su segundo un colorado de la Viña, salió inválido con defecto en los cuartos traseros, no lo pudo lidiar por que perdía los remos. Tuvo que abreviar. Pitos al toro, silencio al matador.
Finalizó la tarde saliendo a hombros el diestro francés Sebastián Castellla, ovacionado por la afición limeña, un torero honrado quien dejó patente su sitial como torero.