martes, 4 de agosto de 2009

La desilusión de Chalhuanca

Toros de dudosa procedencia en Chalhuanca
Joaquín Rey

Durante la tarde de ayer (domingo 2), todo el pueblo de Chalhuanca se volcó a su coqueta plaza de toros. Las graderías llenas hasta la bandera y los cerros aledaños con aficionados hasta la cumbre. Partieron plaza los diestros españoles David Gil, Vicente Bejarano y el peruano Juan Carlos Cubas. El hierro (supuestamente) fue de Santa Rosa (Galdós), pero de eso quedan muchas dudas. Sólo funcionó un toro en toda la tarde, otros 3 tuvieron mucho sentido, peligrosos, intoreables y otro que fue devuelto por manso.
David Gil: Bien con el primero, único toro que valió la pena. Recibe con una serie de verónicas y luego hace vistosos quites por chicuelinas que gustan al público. En la muleta, como es clásico en el torero de linares, comienza con naturales de rodillas pegado a tablas, luego más naturales de pie, y algunos molinetes. Pincha dos veces y por ello no se le concede ningún apéndice. Sin embargo el público disfruto mucho de la faena y le concedió una vuelta al ruedo que el diestro no quiso dar. En su segundo recibió al toro que fue devuelto a corrales, no pudo hacer nada.
Cubas recibió a un segundo toro muy bravo pero realmente intoreable, sólo buscaba el cuerpo del matador. Sin muchas posibilidades, el torero decidió abreviar la faena, sin embargo la suerte no lo acompañó y pinchó dos veces. El quinto de la tarde tampoco fue bueno. Sin embargo, el torero lo hizo entrar en la muleta con mucho esfuerzo. Logró ligar una serie de tandas de naturales y derechazos que el público aplaudió mucho. Mata de una media estocada muy efectiva. El juez le concede la única oreja de la tarde.
El español
Vicente Bejarano la vio a cuadros en el único toro que recibió. Fue el peor de la tarde, al punto que parecía ya toreado. Un toro muy peligroso, imposible. El matador decide pasaportarlo rápidamente con una certera estocada.
Como conclusión, tuvimos una tarde muy decepcionante desde el punto de vista taurino, pero la alegría estuvo siempre presente en los pobladores de este simpático distrito de Apurímac. Ahora queda averiguar de dónde vino ese ganado realmente. Porque las cosas como son, los toros fueron una estafa. Se pagó cerca de 4,000 dólares por cada uno (con mucho esfuerzo de los organizadores) para recibir toros infames. Eso hace mucho daño a la fiesta y no lo podemos permitir.