Don Victorino Martín Andrés, descansa en paz!
Un personaje importante de la cabaña española,
el legendario Victorino Martín Andrés, dueño de la ganadería Victorino, falleció
a los 88 años de edad, al tener un derrame cerebral.
Victorino nació en 1929, en Galapagar. Su padre
fue uno de los fusilados en Paracuellos, en 1936: a los 10 años, él era ya el
hombre de la casa. En 1945, entró a trabajar en la carnicería de su tío, en
Torrelodones. La familia comenzó a comprar ganado morucho, primero, y,
luego, vacas bravas, y a organizar festejos taurinos, en los pueblos de la
Sierra madrileña. En 1953, se inscribieron en la Asociación de Ganaderos. En
1960, tomó una decisión que cambió toda su trayectoria: por poco más de un
millón de pesetas, compró 150 cabezas de la ganadería de Escudero Calvo. Apostó
por un ganado que, en ese momento, nadie quería y, con mucho trabajo y gran
inteligencia, lo colocó en lo más alto.
El 30 de abril de 1961, lidió su primera
novillada, en Zaragoza. Al año siguiente, compró un segundo lote de vacas. En
junio de 1964, salió a hombros en una novillada, en Aranjuez. El 19 de junio de
1965, sus toros cárdenos se lidiaron por primera vez en Las Ventas y compró el
tercer lote de Escudero Calvo. El 29 de junio de 1967 lidió su primera corrida
de toros, en Castro Urdiales.
Triunfo inolvidable
En 1968, Victorino fue corneado gravemente
por el semental «Hospiciano». Un año después, lidió su primera corrida, en
Madrid, y «Baratero» fue premiado con la vuelta al ruedo. En 1970, debutó en
Francia. «Jaquetón» fue declarado el toro más bravo de San Isidro, en
1975. Al año siguiente, trasladó sus reses a la finca «Monteviejo», en
Cáceres. En 1978, hizo la única venta de reses, a Leopoldo Picazo, que fue
el origen de la ganadería de José Escolar; también, salió a hombros en Las
Ventas, el 31 de mayo.
El 1 de junio de 1982 fue una fecha histórica
para su ganadería: la llamada «Corrida del siglo», televisada, en la que
triunfaron Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar, se dio la
vuelta a un toro y otro fue declarado el más bravo de San Isidro. Poco después,
el 19 de julio, otro triunfo inolvidable: el indulto de «Belador» (el
único toro indultado en Las Ventas), lidiado por Ortega Cano.
También vivió Victorino etapas difíciles: en
1987, fue propuesto para sanción por dos toros suyos, lidiados en Granada.
Emprendió una larga batalla contra los sistemas de análisis. Ese mismo
año, se incorporó plenamente a la ganadería su hijo. En 1995, compró la vacada
de Barcial. Al año siguiente, debutó en Sevilla, propiciando el triunfo de El
Tato y Pepín Liria. Llegó a lidiar 100 toros, en 19 festejos, el año 1999. En
el nuevo milenio, debutó en Pamplona, compró los Galaches de Urcola, se
sucedieron los indultos, como el famoso de «Cobradiezmos» en Sevilla, y
los éxitos. En el 2012, recibió el Premio Taurino de ABC.
El Premio Nacional de Tauromaquia, que venia a
sumarse a la Medalla de Bellas Artes, fue acogido con unánime aplauso. Se
reconoció una trayectoria ejemplar, que implica tres valores: «La emoción, la
bravura y la protección del valiosísimo patrimonio ecológico que encierra la
Tauromaquia».
Hace unos días, el Rey de España le entregó
el Premio Nacional de Tauromaquia: ha sido la última aparición pública del
muy popular ganadero.
Tras ya tener la salud delicada, ha dejado un
profundo dolor a los profesionales, ganaderos, aficionados del mundo taurino.
Que en paz descanse DON VICTORINO!