Por Julián Parra Díaz - COLOMBIA
Con algo menos de media plaza en los tendidos de La Macarena de Medellín, en tarde en la que en alguno pasajes hubo lluvia, sin consecuencias para los asistentes, ya que esta es la única plaza cubierta en Colombia.
Se lidió un encierro de la ganadería de Ernesto Gutiérrez, toros agradecidos cuando se les templó, acto que en el festejo no siempre fue así.
Fue la tarde del diestro Morante de la Puebla , a quien se le vio entregado, inspirado y hasta arrebatado, cuando las ganas y la satisfacción desbordaron la cordura del bien torear. Morante bajó y corrió la mano y con el capote, ese que nos mostró de manos rotas y cintura suelta acompañando el viaje del toro, prendieron la emoción en los tendidos que de pie, le ovacionaron.
Al de la puebla del río le vimos dos faenas, realizadas a dos toros de comportamientos totalmente diferentes: El primero, claro, boyante y de buen estilo en su embestida y el segundo, rajado, manso, al que le realizó una faena llena de conocimiento y argumentos técnicos que le hicieron brillar.
El colombiano Diego González realizó una presentación, sobre todo a su segundo que fue uno de los buenos de la corrida, marcada por la torería, el empaque y el buen gusto.
Diego González es de los toreros finos con que cuenta Colombia. Tiene un problema, llega como derrotado al patio de cuadrillas y le falta eso que a los españoles les sobra, “Vender la Mercancía ”. Pero tengo que decir que si en la tarde del sábado en Medellín hubo buenos muletazos, estos estuvieron a cargo de Diego González.
Seguirá este torero pasando por las que pasa, si no encuentra el camino iluminado con la espada.
Qué duda cabe que Miguel Ángel Perera tiene casta, valor y es buen torero, pero a veces da muletazos y muletazos que uno no sabe adonde van a parar. No se si es que hace ver muy fácil el toreo o es que aún no ha cuajado en esa figura que nos quieren vender como el legítimo competidor del pasmo de Galapagar José Tomás.
No entro en discusión de si fue o no el triunfador de la temporada española, hablo de la presentación de Medellín. En su segundo estuvo desacertado, sin distancia y muy trompicada la faena….le conté 18 enganchones que destemplaron al toro. Hubo un momento que abandonó de torear por el pitón izquierdo, el mejor del toro, para irse con la mano derecha encima de los pitones, cercanías que le gustan a este diestro extremeño, hasta que el toro “le dijo”….”quítate de ahí, dame sitio, no me ahogues” y lo arroyó, empitonándolo de forma espectacular, prendiéndolo por el fajín y la chaquetilla, gracias a Dios, sin consecuencias.
Diego González, silencio tras aviso y silencio
Morante de la Puebla , dos orejas y una oreja
Miguel Ángel Perera, saludo desde el tercio tas aviso y dos orejas.
Incidencias: Al toro de nombre “Brujo”, correspondiente al matador Morante de la Puebla y lidiado en segundo lugar, se le dio la vuelta al ruedo.