martes, 17 de febrero de 2009

Los toros espantaron a los toreros
La cornada rondó en la Santamaría en tarde escasa de taquilla y huérfana de trofeos
JUAN MEDRANO CH. - BOGOTA
Fue una tarde marcada por las airadas protestas de los que pagan y exigen, que poco a poco se cambiò por aquellos que "pagan y se joden", en razòn a que la mayor parte de los reventadores eran precisamente los abonados, aquellos que mantienen el espectáculo y se sintieron desairados por un cartel que no estuvo a la altura de las circunstanciass y la solera de la plaza.

Dicen que la corrida fue mala. Mentira. Nada más falso. Faltó actitud y conocimiento a los toreros. De la terna, CRISTOBAL PARDO salvó la papeleta. Mostró actitud en su primero, superior con el capote y discreto en el último tercio, perdiendo trofeos por pinchar. Abrevió en su 2º porque algo vio de malo al toro, sobretodo, creemos, el genio y la guasa que traía. No se complicò y abrevió el tràmite, quedando interrogada su actuaciòn. DINASTIA destacó por las tres volteretas que le propinaron sus dos enemigos, al descubrirse constantemente y entregarse a la trayectoria del toro, con la muleta hecha un guiñapo. Los toros le perdonaron la vida, en especial el 6º bis. El ecuatoriano MARIANO CRUZ ORDOÑEZ sí que pegó la espantá. Destelló con el capote en un par de remates pintureros, pero luego se rajó ante el motor intermitente que llevaba el bonito berrendo. Parece, nadie lo vio, que el toro le pisó y ya no salió a matar a su 2º. Debut y despedida, con lo mucho que le costó incluirse en el cartel de la Santamaría.
Ficha del quinto festejo en la plaza Santamaría de Bogotá.
Con algo menos de media plaza, en tarde de tenue sol, se lidiaron 6 toros bien presentados de la ganadería bogotana Achury Viejo; algunos complicados. Buenos, con sus cositas, el 3º, 4º y el 6º bis.
José Gómez Dinastía (tabaco y oro) silencio, pitos y silencio.
Mariano Cruz Ordoñez (concha y vino y azabache), pitos tras aviso en el único que mató.
Cristóbal Pardo (azul noche y oro) palmas y silencio.