DOMINGO 15 FEBRERO 2009
"Si yo no viera a Michelito capáz de hacer lo que hace, no le dejaría" dice su padre y apoderado, un matador de toros francés.
Este domingo 15 de febrero el diario EL País le hizo un reportaje a Michelito Lagravere, parte del reportaje:
Desde enero de 2008 hasta enero de 2009-, Michelito toreó en 61 festejos, a dos toros por corrida. Cortó 111 orejas, 29 rabos y consiguió que indultaran a un toro en Pachuca. Además de torear en México, viajó a Francia, Guatemala y Perú. Pero fue su decisión de encerrarse con seis novillos en Mérida la que lo lanzó definitivamente a la fama... Y a los problemas. La procuradora local intentó que la corrida no se celebrase, y sólo dio su brazo a torcer después de someter al niño a una evaluación psicológica y a una entrevista.
-¿Cómo convenciste a la procuradora?
-Le dije: "Señora, yo llevo tres meses preparándome. Se lo pedí a mi padre. Yo no soy ningún loco. Ya maté a cuatro becerros en Acho, en Perú, que es la plaza con más historia de América. La semana pasada toreé cinco vacas, y al día siguiente, otras seis. No voy a tener ningún problema. Esos toros ya están muertos. Venga usted a la corrida, señora, yo la invito".
El encierro con seis novillos en Mérida fue como la seda, pero al día siguiente, en Valladolid, Michelito fue arrollado en el primero de la tarde. El animal -de casi 200 kilos- se paseó por encima del niño, de sólo 34 kilos de peso y apenas 1,37 metros de estatura. Detrás del burladero, a cinco metros de distancia, su madre decía: "No ha sido nada, no ha sido nada...".
-¿Cómo convenciste a la procuradora?
-Le dije: "Señora, yo llevo tres meses preparándome. Se lo pedí a mi padre. Yo no soy ningún loco. Ya maté a cuatro becerros en Acho, en Perú, que es la plaza con más historia de América. La semana pasada toreé cinco vacas, y al día siguiente, otras seis. No voy a tener ningún problema. Esos toros ya están muertos. Venga usted a la corrida, señora, yo la invito".
El encierro con seis novillos en Mérida fue como la seda, pero al día siguiente, en Valladolid, Michelito fue arrollado en el primero de la tarde. El animal -de casi 200 kilos- se paseó por encima del niño, de sólo 34 kilos de peso y apenas 1,37 metros de estatura. Detrás del burladero, a cinco metros de distancia, su madre decía: "No ha sido nada, no ha sido nada...".
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